domingo, 25 de agosto de 2019

10 mercados icónicos de la Ciudad de México y los tesoros que puedes encontrar en ellos


«Fui de mercado en mercado por años enteros, porque México está en sus mercados»
Pablo Neruda
No hay mejor forma de conocer a una sociedad que a través de sus mercados. Desde la fundación de México-Tenochtitlan allá por 1325, cuando todavía existía una cuenca en el valle de México, los mercados han sido el punto de encuentro de sus habitantes y de los fuereños que han venido a vender sus productos. La Ciudad de México se edificó de la mano del comercio (fijo, ambulante y semi-ambulante) y hoy en día no es la excepción. Desde la época de los pochtecas, cuando el mercado de Tlatelolco era el más grande y mejor surtido del continente hasta nuestros días en que rivalizan con los supermercados y su comida empaquetada, los mercados han sido el reflejo y pulso de la Ciudad de México.
Si vienes por primera vez al Distrito Federal y tu primera impresión es que la ciudad es un mercado, no te equivocas, lo es, como lo ha sido desde hace cientos de años. Obviamente cada capitalino tiene su mercado predilecto con sus marchantes de toda la vida; sin embargo, hay mercados cuya fama y prestigio trascienden lo barrial, cobrando fama en todo el territorio defeño. Estos son algunos de ellos.

1.   El Mercado de la Merced y el Mercado de Sonora

Justo en los bordes del Centro Histórico, en lo que una vez fue un convento virreinal se encuentra el heredero de los mercados coloniales y prehispánicos… ¡Aunque ya no se utiliza el cacao como moneda!
La Merced lucha por mantenerse como el principal distribuidor de alimentos a nivel minorista del distrito federal. Desde 1863 ha sido el punto de encuentro comercial de los capitalinos. Aquí encontrarás frutas, legumbres, semillas, especias, dulces, carnes, productos de limpieza, aditamentos de cocina tanto de metal como de madera, además de locales especializados en chiles, zacates, estropajos y gran variedad de maíz. Vivirás lo más próximo al shopping prehispánico. No olvides visitar las calles y callejones cercanos, ya que ahí se colocan puestos que ofrecen cestería, petates, costales, y productos de jarcería de cualquier forma y color imaginable.
Obviamente tus compras estarán incompletas si no visitas el famoso e incomprendido Mercado de Sonora, donde encontrarás un sin fin de productos esotéricos y de brujería para todo tipo de cultos, como la santería, Santa Muerte, las adoraciones católicas capitalinas tradicionales como San Judas y San Charbel y enigmáticos cultos sincréticos desconocidos. Animales exóticos, plantas medicinales y hierbitas de dudosa procedencia. Cuando termines tus compras podrás comerte unas ricas quesadillas, sopes o gorditas en alguno de los cientos de puestos de fritangas, y por qué no, hacerte una limpia en alguna de sus modalidades.

2. Mercado Abelardo L. Rodríguez

Comprar en la ciudad de México es todo un arte, y no hay mejor lugar para apreciarlo que en el Mercado Abelardo L. Rodríguez. Ubicado en pleno Centro Histórico, el mercado se asienta en un edificio de ocho décadas de antigüedad, una mezcla Art Deco, Art Nouveau y neocolonial que combina perfectamente con sus bellos vecinos, entre ellos el Teatro del Pueblo. Este fue el primero de los mercado populares fijos construidos por el gobierno, antes Departamento del Distrito Federal, que hoy en día pueden encontrarse en casi cualquier colonia de la ciudad.
El mayor atractivo del Abelardo son sus impresionantes murales (casi 1,500 metros cuadrados) pintados por los estudiantes del maestro Diego Rivera, en los que se plasman temas como la lucha de clases, la soberanía alimentaria, el avance de la ciencia y la batalla contra los regímenes fascistas de la época. ¿Qué mercado puede presumir por contar con un auditorio y una biblioteca popular? Esa es la magia del Abelardo, un mercado que anunciaba tiempos mejores.

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